California está financiando planes de atención administrada para brindar atención de salud mental a las escuelas. Así es como van las cosas
Las hospitalizaciones por salud mental de niños y adolescentes, las tasas de suicidio y las muertes por sobredosis están incrementando. El COVID-19 contribuyó al aislamiento y al estrés, así como también aumentó las tasas de ansiedad, depresión y absentismo escolar. Abordar la salud mental infantil a tiempo es fundamental para prevenir las consecuencias posteriores en la adultez. Las escuelas están en una posición única para hacerlo.
Los niños tienen seis veces más probabilidades de recibir atención de salud mental cuando se ofrece en la escuela, y se ha demostrado que recibir estos servicios en la escuela mejora la asistencia. En California, más de la mitad de los niños del estado están inscritos en Medi-Cal, y un tercio (PDF) no tiene acceso confiable a recursos de salud mental.
Con el objetivo de mejorar el acceso de los estudiantes a la atención en salud conductual, California lanzó un programa con un presupuesto de $389 millones (PDF) a principios de 2022. El Programa de Incentivos para la Salud Conductual Estudiantil (Student Behavioral Health Incentive Program, SBHIP) ofrece pagos de incentivos a los planes de atención administrada de Medi-Cal a fin de aumentar la capacidad de los servicios de salud conductual en las escuelas desde jardín de infantes hasta el último año de secundaria. La financiación no está destinada a los servicios de salud conductual en sí, ya que estos se pueden reembolsar a través de Medi-Cal.
Según el informe de un representante del Departamento de Servicios de Atención Médica de California a Fierce Healthcare, en la actualidad hay 22 planes de atención administrada de Medi-Cal y aproximadamente 300 agencias educativas locales que participan en el SBHIP. Entre los proyectos iniciados hasta ahora, algunos condados están observando una serie de resultados positivos, lo que incluye menos ausencias de estudiantes, más estudiantes que aprueban los cursos y docentes que se adaptan más a las necesidades de salud conductual de los estudiantes.
Según el representante, se espera que el SBHIP beneficie a 1.4 millones de niños en edad escolar.
El trabajo se está llevando a cabo en el Condado de Los Ángeles
Los Ángeles es uno de los condados más poblados de California, que representa más de una cuarta parte de la población de todo el estado. Tiene 80 distritos escolares públicos diversos y, hasta ahora, 63 de ellos se han inscrito para participar en el SBHIP.
“Es mucho territorio y muchos distritos”, comentó el Dr. Michael Brodsky, director médico sénior de salud comunitaria en L.A. Care Health Plan, a Fierce Healthcare. El plan está colaborando con Health Net y Hazel Health en el programa SBHIP. Kaiser Permanente, que participa de manera activa en el SBHIP en todos los condados dentro de su área de cobertura desde el inicio del programa, comenzó a apoyar la iniciativa en Los Ángeles en 2024.
Al comenzar a trabajar, L.A. Care rápidamente optó por la telesalud como una solución viable y sostenible, según Brodsky: “Pensamos que sería atractiva para una amplia variedad de distritos escolares”. Se encuestó a los superintendentes del condado para evaluar su interés, y la gran mayoría respondió que la telesalud mental para los niños era una prioridad alta.
A partir de ese momento, L.A. Care se asoció con Hazel Health, un proveedor virtual de servicios de salud mental que colabora con escuelas. Hazel le proporcionó tabletas, pantallas de privacidad y capacitación al personal de la escuela para facilitar sesiones de consejería virtual tanto en el campus como en el hogar. Sus proveedores no realizan evaluaciones psicológicas ni gestionan medicamentos.
“Estábamos particularmente interesados en el SBHIP porque era una de las primeras veces que veía un diseño de programa que asignara a los servicios de salud la responsabilidad de colaborar de manera más efectiva con las escuelas y los distritos escolares para facilitar el acceso a la atención”, dijo el presidente de Hazel, Andrew Post, a Fierce Healthcare. Anteriormente, Post había sido director de innovación y jefe de salud conductual de Hazel.
En la actualidad, los servicios de salud conductual están disponibles para todos los estudiantes de las escuelas públicas, tengan seguro o no, hasta el final del próximo año escolar. Los padres y docentes pueden derivar a los estudiantes para que reciban los servicios. “Queríamos ocuparnos de tantos niños como fuera posible”, dijo Brodsky.
El primer distrito en Los Ángeles que expresó interés en participar fue el Distrito Escolar Unificado de Compton, que cuenta con aproximadamente 20 000 estudiantes. Casi una cuarta parte son estudiantes de inglés, o lo que el estado considera estudiantes con altas necesidades.
Si bien el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD) tiene una de las concentraciones más altas de estudiantes de bajos ingresos en el estado, también tiene sólidas ofertas de atención médica. “Son la excepción, no la regla”, señaló Brodsky. “No nos sorprendió que un distrito como Compton fuera el primero en levantar la mano y decir, 'oye, realmente nos vendría bien la ayuda'”.
Compton Unified (PDF) tiene una fracción de los ingresos de LAUSD (PDF), aunque este último atiende a 27 veces más estudiantes. Fuera del programa SBHIP, LAUSD tiene 17 centros escolares que ofrecen servicios de salud física y mental, así como también derivaciones. El distrito emplea a 800 trabajadores sociales psiquiátricos en estos centros. También cuenta con 19 centros de bienestar, que ofrecen servicios de salud física y mental, dentales y de la vista, en todo Los Ángeles para estudiantes y miembros de la comunidad.
“Esto no ocurre en la mayoría de los distritos escolares”, reconoció la Dra. Smita Malhotra, directora médica del distrito. “LAUSD cuenta con la mayor cantidad de centros de salud escolar de cualquier distrito del país. Es lo que nos hace únicos. Invertimos en la salud de los estudiantes, ya que sabemos que los estudiantes sanos aprenden.
A través de SBHIP, LAUSD obtiene 49 socios adicionales que cubren servicios que abarcan desde la salud mental ambulatoria, la prevención o el tratamiento de adicciones hasta la terapia familiar. “Con Hazel Health, hemos ampliado aún más ese acceso”, dijo Malhotra.
Para mediados de mayo de 2024, Hazel había realizado más de 16 300 visitas en total, incluidas las visitas de admisión y terapia, como parte de SBHIP. Casi tres cuartas partes de los estudiantes atendidos son BIPOC, y la edad promedio de los estudiantes derivados es la de escuela intermedia. Las razones comunes para una derivación, que no son diagnósticos, incluyen sospecha de ansiedad, tristeza, preocupaciones familiares, aislamiento social y dificultades en las relaciones, según Hazel.
“Por lo un lado, es un poco inquietante ver la cantidad de necesidades en las edades más tempranas, pero, al mismo tiempo, resulta muy esperanzador saber que les estamos proporcionando atención a los estudiantes más jóvenes”, dijo Post.
Impacto en la asistencia: “Me quedé bastante sorprendido”.
California utiliza las tasas de asistencia para asignarles fondos a las escuelas públicas. El absentismo en las escuelas públicas del estado aumentó un 89% durante el COVID. Eso no solo fue una mala noticia para los ingresos: el absentismo crónico también es un fuerte indicador de bajo rendimiento académico. Irónicamente, el acceso a los servicios de salud mental, que depende de un presupuesto, puede ayudar a reducir las ausencias y, a su vez, aumentar los ingresos escolares.
Hasta ahora, algunos participantes del SBHIP descubren que los servicios de salud mental están ayudando a reducir las tasas de absentismo. El Distrito Escolar Unificado de Paramount, en Los Ángeles, descubrió que de 195 estudiantes activos con Hazel, el 63% mejoró su asistencia desde septiembre de 2023 hasta marzo de 2024. El 44% no registró ninguna inasistencia desde su derivación.
“Para ser honesto, les pedimos que revisaran los datos tres o cuatro veces,” dijo Post. “Me quedé bastante sorprendido, en el buen sentido.”
En total, se derivó y atendió a miles de niños, según L.A. Care. Sin embargo, no pasará en todos los casos. Según Brodsky, puede pasar que alguno rechace los servicios, o que sea difícil obtener su consentimiento. Hazel ofrece un tablero dirigido a la escuela para ayudar a rastrear a quién se derivó y si lo atendieron o no.
Aproximadamente el 45% de las sesiones se realiza en las escuelas, mientras que el resto tiene lugar en los hogares, según Hazel. La flexibilidad y efectividad de la modalidad es importante. Hasta ahora, el 84% de las familias ha notado un cambio positivo en el comportamiento o el bienestar mental de su hijo o hija a través del programa.
“El hecho de que estemos observando resultados tan sólidos y clínicamente significativos afirma que no solo les agrada, sino que también es efectivo para ellos”, dijo Post.
El programa está diseñado para ofrecer terapia a corto plazo. Si bien no hay un límite en la cantidad de sesiones que puede tener un estudiante, el promedio varía entre seis y 10 sesiones. Cualquier persona con más necesidades a largo plazo puede ser derivada nuevamente a L.A. Care.
La mitad de todos los casos de trastornos de salud mental a lo largo de la vida comienzan antes de los 14 años. Casi la mitad de los adolescentes con dificultades relacionadas con la salud mental no reciben ningún servicio de salud mental. “El hecho de centrarse en ofrecer servicios a través de las escuelas permite y facilita que la atención ocurra mucho antes, lo que luego requiere un nivel mucho menor de intensidad en la atención”, dijo Post.
Nota del editor: Esta historia se actualizó para incluir datos SBHIP a nivel estatal compartidos por el Departamento de Servicios de Atención Médica de California.