Si tiene hijos en edad escolar, sabrá que las vacaciones de verano traen sentimientos encontrados: por un lado, no tener que madrugar ni cumplir horarios escolares ajustados; por otro, interrumpir la rutina. ¿Cómo logra que sus hijos se entretengan y se mantengan felices y saludables durante todo el verano?
Quizás parezca obvio, pero si los niños no tienen actividades o no interactúan con sus compañeros de forma habitual, pueden comenzar a sentir indiferencia, desmotivación o aburrimiento. Es más, esta situación puede contribuir a que padezcan de ansiedad, que pasen más tiempo frente a las pantallas o incluso que se presenten desafíos en la conducta, lo que, a su vez, dificulta el regreso a la escuela en otoño, en especial para los estudiantes que asistirán a una nueva escuela.
¿Cuál es la buena noticia? Hay mucho que usted puede hacer más allá de organizar los horarios de los campamentos y las opciones de cuidado infantil a fin de evitar la pérdida de aprendizaje en verano. Puede ayudar a los niños a retener lo que aprendieron durante el año escolar anterior, así como a mantener su bienestar social y emocional. Hablaremos de lo siguiente:
- El establecimiento de una rutina constante
- La dedicación de tiempo para la lectura
- Estar al aire libre
- La incorporación de juegos “mentales” y de roles
- La búsqueda de actividades alternativas al tiempo frente a las pantallas
Poniendo en práctica estos estos consejos, el único tobogán en el que tendrá que pensar en el verano es el tobogán de agua de la piscina o el de tubo del parque.
1. Ponga en práctica una rutina más o menos constante
In the hours outside planned camps and activities, even a loose routine can offer stability and reinforce healthy habits. For younger children, this might mean:
- Horarios habituales al momento de despertarse
- Daily reading
- Play-based learning
- Una rutina sólida al momento de acostarse
Es posible que los niños más grandes y los adolescentes se beneficien de un enfoque más flexible, como incorporar pasatiempos, pasar tiempo con otras personas y aprender por cuenta propia durante el día.
2. Dedique tiempo para la lectura y permita que su hijo elija lo que quiera leer

Al permitir que los niños elijan lo que quieren leer, se crea una de las maneras más eficaces de cultivar un amor eterno por la lectura y previene la pérdida de aprendizaje durante el verano. Cuando los niños tienen la libertad de seleccionar los libros que de verdad les interesan y se ajustan a su nivel de lectura, su nivel de compromiso es mayor y, posiblemente, retengan más lo que aprenden. El 60% de los niños de entre 6 a 17 años afirma que les encanta o les gusta leer por diversión.
Si su hijo lee libros que le interesan, no solo se asegura que la lectura sea personal y divertida, sino que también se logran habilidades de comprensión más sólidas y una mayor apreciación por los libros que mantienen o mejoran sus habilidades de lectura durante las vacaciones y los preparan para el éxito en la vuelta a la escuela.
Más allá de la retención del aprendizaje, la lectura constante es una excelente manera de despertar la creatividad y expandir la imaginación de un niño. Si en particular está buscando lecturas que traten sobre el estrés o la ansiedad que pueden llegar a surgir con las transiciones de verano y los cambios de rutina, consulte estas recomendaciones del instituto Child Mind Institute.
3. Esté al aire libre
Pasar tiempo al aire libre todos los días no es solo cuestión de tomar aire fresco y hacer ejercicio, sino que es una increíble manera de apoyar el desarrollo físico, emocional y cognitivo de los niños, tal como se explica a continuación:
- Fomente la curiosidad y las habilidades para resolver problemas yendo al parque, invitando a los hijos de los vecinos o explorando los alrededores de su casa.
- Desarrolle la creatividad y la independencia y pase una tarde construyendo un fuerte, participando en una búsqueda del tesoro en la naturaleza o dando un paseo en bicicleta por el parque o la zona de juegos acuáticos.
- Mejore la estabilización del estado de ánimo y los ciclos de sueño saludables simplemente haciendo que los niños tomen sol para recibir un poco de vitamina D.
4. Incorpore juegos “mentales” y de roles
La incorporación de “juegos mentales” en las actividades de verano logra un mayor compromiso en los niños y, al mismo tiempo, fortalece el pensamiento crítico, la resolución de problemas y las habilidades sociales que facilitarán una transición más fluida al regresar a la escuela:
- Los juegos y los rompecabezas ofrecen una oportunidad para que los niños repasen conceptos académicos sin siquiera darse cuenta de que están aprendiendo.
- Para los niños más pequeños, el juego de roles fomenta la creatividad y desarrolla habilidades sociales. Si tiene que estar adentro, puede usar accesorios o disfraces a fin de que los niños asuman diferentes roles, lo que los ayudará a explorar sus emociones y desarrollar la confianza.
5. Reduzca el tiempo frente a la pantalla con actividades alternativas
Aunque las pantallas pueden ser una forma sencilla de mantener a los niños ocupados, el tiempo excesivo frente a estas se ha asociado con una mayor ansiedad, trastornos del sueño y una disminución en la capacidad de atención. Crear un enfoque equilibrado respecto al uso de pantallas ayuda a los niños a desarrollar hábitos saludables mientras se los incita a participar en otras actividades.
Si los niños usan pantallas, haga lo siguiente:
- Opte por contenido educativo y experiencias interactivas, como cámaras de zoológicos o de museos virtuales, documentales, aplicaciones para aprender idiomas o programas de codificación.
- Establezca expectativas y ¡ponga un temporizador! Dígales a sus hijos que después de un determinado período, jugarán de forma independiente o realizarán una actividad que puedan hacer en familia.
- Mire los programas con ellos, si es necesario. Según la edad de sus hijos, mirar programas o películas apropiados para su edad puede exponerlos a narrativas más complejas y nuevas ideas sobre el mundo que los rodea.
El verano puede ser una época de crecimiento y diversión.
Las vacaciones de verano son un período para que los niños descansen, se recarguen y exploren intereses nuevos, pero no necesariamente deben implicar una pausa en el aprendizaje o el crecimiento. Al crear una rutina flexible, fomentar el amor por la lectura, priorizar el juego al aire libre, incorporar juegos inteligentes y reducir el tiempo excesivo frente a la pantalla, los padres pueden ayudar a sus hijos a comprometerse, tener curiosidad y conectarse durante todo el verano.