Si alguna vez tuvo influenza, sabe lo mal que se puede llegar a sentir. A nadie le gusta estar enfermo ni tener un familiar con influenza. Muchas personas tienen dudas porque está circulando una gran cantidad de información confusa al respecto. Desmentiremos los mitos más comunes sobre la influenza para que pueda proteger a su familia con seguridad.
MITO: Puede contraer influenza al aplicarse la vacuna contra la influenza.
REALIDAD: No. Las vacunas contra la influenza no pueden causar influenza.
Las vacunas contra la influenza están hechas de virus inactivos o bien de una sola proteína, que es solo una parte muy pequeña del virus. Estos virus no lo enfermarán. La vacuna contra la influenza en aerosol nasal contiene virus activos atenuados, pero no le causará enfermedades. La vacuna contra la influenza, ya sea una inyección o un aerosol nasal, no le causará influenza.
MITO: Las personas sanas no necesitan vacunarse contra la influenza.
REALIDAD: Todos los adultos y todos los niños (mayores de seis meses) deben vacunarse contra la influenza todos los años.
Es de suma importancia que las personas mayores y las personas con enfermedades crónicas se vacunen contra la influenza. Sin embargo, los jóvenes sanos también deben hacerlo todos los años. Recibir la vacuna contra la influenza ayuda a que los jóvenes protejan a los mayores que forman parte de su vida, como sus abuelos, maestros y vecinos. También previene que los jóvenes se enfermen gravemente. Aunque es poco frecuente, los niños pueden enfermarse gravemente de influenza y terminar en el hospital. El año pasado, 188 niños murieron por influenza. La vacuna puede ayudar a prevenirlo.
Los CDC recomiendan que todas las personas de seis meses en adelante, incluidas las mujeres embarazadas, se vacunen contra la influenza todos los años.
MITO: Me vacuné contra la influenza el año pasado, así que no tengo que volver a hacerlo este año.
REALIDAD: Para protegerse y proteger a los demás de la influenza, debe vacunarse todos los años.
La vacuna no dura para siempre, sino que se vuelve menos eficaz después de varios meses. Además, su fórmula cambia cada año para protegernos contra los virus específicos que circulan esa temporada.
MITO: Tuve influenza a pesar de que me vacuné, así que la vacuna no debe servir.
REALIDAD: Aunque se enferme, la vacuna sirve.
Muchas personas creen que tienen influenza, pero pueden tener un resfriado, alergias u otro virus diferente al de la influenza. También es posible que una persona haya estado expuesta a la influenza antes de que la vacuna hiciera efecto, ya que esto puede tomar hasta una semana, o que se enferme de una cepa contra la cual la vacuna no la protege.
Las personas que se enferman de influenza después de recibir la vacuna, casi siempre presentan síntomas más leves que quienes no se vacunan. Vacunarse contra la influenza puede prevenir que termine en el hospital, incluso si se enferma.
MITO: No puede contagiar la influenza si se siente bien.
REALIDAD: Puede contagiar la influenza sin siquiera saberlo.
Aproximadamente del 20 % al 30 % de las personas con influenza no tienen síntomas, pero de todos modos pueden contagiar.
MITO: La influenza es solo un resfriado fuerte.
REALIDAD: La influenza no es lo mismo que un resfriado fuerte.
La influenza (gripe) es una enfermedad grave que puede causar la hospitalización y la muerte, especialmente en personas de alto riesgo, como los bebés y los ancianos. Un resfriado es un virus diferente, que, por lo general, no empeora tanto. Si bien los síntomas son similares, como congestión nasal, la influenza suele ir acompañada de fiebre y puede causar la hospitalización con mucha más frecuencia que un resfriado.
La influenza mata entre 3,000 y 49,000 personas en EE. UU. y envía a aproximadamente 200,000 personas al hospital cada año.
MITO: Puede tomar antibióticos para la influenza.
REALIDAD: Los antibióticos no sirven contra los virus.
Los antibióticos no sirven para la influenza. Los antibióticos tratan diferentes tipos de enfermedades causadas por bacterias. Dado que la influenza es causada por un virus (no una bacteria), los antibióticos no ayudan en este caso.