El VRS, la influenza y el COVID-19: similitudes y diferencias, y cómo prevenir las tres

Estamos en plena temporada de infecciones respiratorias, y el VRS y la influenza circulan por todos lados. Dado que siguen apareciendo casos de COVID-19, es importante distinguir entre lo que podría ser COVID-19 y lo que podría ser influenza o VRS.
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Fecha de actualización:
Publicado el
8 de diciembre de 2022

Las infecciones respiratorias se producen durante todo el año, pero son más frecuentes durante los meses más fríos. La influenza y la infección por el virus respiratorio sincitial (VRS), que actualmente asola los sistemas de salud de Estados Unidos, son virus respiratorios muy contagiosos que provocan síntomas similares a los del resfrío. 

Dado que siguen apareciendo casos de COVID-19, es importante distinguir entre lo que podría ser COVID-19 y lo que podría ser influenza o VRS. 

La influencia de la pandemia en la propagación de los virus respiratorios

Durante la pandemia, los niños prácticamente se libraron de la influenza y el VRS, y los brotes que se produjeron fueron mucho menores. Debido a las órdenes de permanecer en casa, el uso de mascarillas y otros esfuerzos de prevención del COVID-19, los niños no estuvieron tan vulnerables a contraer estos dos virus. 

Ahora, con la combinación del retorno a las actividades normales, el menor uso de mascarillas y la baja inmunidad, estos virus vuelven con toda su fuerza para vengarse. Los sistemas de salud están sobrecargados con una afluencia de niños con VRS, y los casos de influenza están aumentando. Los funcionarios de salud pública informan la mayor incidencia de influenza de la última década.  

Para prevenir enfermedades, es fundamental comprender las diferencias entre estas enfermedades respiratorias y qué hacer si aparecen síntomas. 

Influenza (gripe)

La influenza, más comúnmente conocida como gripe, es una enfermedad respiratoria contagiosa que afecta a la nariz, la garganta y los pulmones (en la mayoría de los casos). El virus de la influenza se transmite de una persona a otra al toser, hablar o estornudar; los síntomas varían de leves a graves. En raras ocasiones, la influenza puede propagarse cuando una persona toca una superficie u objeto contaminado y, luego, se toca la boca, la nariz o los ojos. 

Los niños se ven más afectados por este virus que los adultos y tienen fiebre con temperaturas más altas y problemas digestivos (vómitos, diarrea y náuseas). A diferencia del resfrío común, la influenza suele aparecer de repente con síntomas adicionales intensos, por ejemplo: 

  • Dolores corporales o musculares 
  • Escalofríos o sudoración
  • Fatiga 
  • Dificultad para respirar
  • Secreción o congestión nasal
  • Dolor de garganta

En la actualidad, la incidencia de la influenza estacional es elevada en todo el país. Los CDC calculan que, durante la última semana de noviembre, ingresaron en los hospitales más de 11,000 pacientes con influenza, una cifra elevada para una temporada de influenza tan temprana. 

Virus respiratorio sincitial (VRS)

El virus respiratorio sincitial (VRS) infecta los pulmones y las vías respiratorias, lo que provoca síntomas leves similares a los del resfrío entre 4 y 6 días después de la exposición al virus. Aunque la mayoría de las personas se recuperan de forma rápida, el VRS puede provocar complicaciones graves de salud en niños y bebés, como bronquiolitis o neumonía. 

Los CDC calculan que se hospitalizan entre 58,000 y 80,000 niños menores de cinco años cada año debido a la infección por el VRS. Según los CDC, las personas con mayor riesgo de padecer una enfermedad grave por el VRS son las siguientes:

  • Bebés prematuros
  • Bebés, sobre todo los que tienen seis meses o menos
  • Niños menores de dos años con enfermedad pulmonar crónica o cardiopatía congénita (presente desde el nacimiento)
  • Niños con sistemas inmunitarios debilitados
  • Niños con trastornos neuromusculares, incluidos aquellos que tienen dificultades para deglutir o eliminar secreciones mucosas

Dado que se flexibilizaron las restricciones de COVID-19, las tasas de hospitalizaciones relacionadas con el VSR están aumentando de forma considerable. La pandemia redujo de manera significativa las infecciones por VRS debido al distanciamiento social y otras medidas de seguridad. Sin embargo, a medida que los niños vuelven a la vida cotidiana sin mascarillas ni otras precauciones contra el COVID-19, corren más riesgo y son más vulnerables que nunca. El hecho de que los hospitales infantiles estén al límite de su capacidad debido al aumento de casos en todo el país preocupa a los expertos. Al igual que la mayoría de los virus, el VRS es muy contagioso y puede propagarse de manera rápidaen escuelas o guarderías. Por lo general, los síntomas de la infección por el VRS incluyen los siguientes: 

  • Secreción o congestión nasal
  • Dolor de garganta
  • Fiebre  
  • Disminución del apetito 
  • Sibilancia 

COVID-19

La enfermedad por coronavirus (COVID-19) es una enfermedad respiratoria causada por el virus SARS-CoV-2. El COVID-19 puede acarrear consecuencias graves; ya causó millones de muertes en todo el mundo y problemas de salud persistentes en muchas de las personas que sobrevivieron a la enfermedad. Según su ubicación, las pruebas de diagnóstico de COVID-19 para realizar en casa están disponibles en las farmacias o pueden facilitarse a través de su proveedor de atención médica. Los síntomas suelen aparecer entre 2 y 14 días después de la exposición al COVID-19. Desde el inicio de la pandemia, casi el 50 % de los niños y bebés con COVID-19 mostraron pocos o ningún síntoma. Sin embargo, entre los posibles signos y síntomas a tener en cuenta, se incluyen los siguientes:

  • Fiebre o escalofríos
  • Tos
  • Dificultad para respirar
  • Fatiga
  • Pérdida del gusto o del olfato
  • Dolor de garganta
  • Dolor en el pecho
  • Dolores corporales o musculares

Diferencias entre las infecciones respiratorias 

La influenza, el VRS y el COVID-19 son enfermedades respiratorias muy contagiosas causadas por diferentes virus: la influenza es causada por el virus de la influenza, el VRS por el virus respiratorio sincitial y el COVID-19 por el virus SARS-CoV-2. 

Ningún síntoma o signo puede indicar qué virus tiene su hijo. Sin embargo, hay algunos que pueden dar indicios sobre la infección de su hijo y ayudar a decidir cuándo debe acudir al médico.

La influenza

Un signo distintivo de la influenza es la presencia de fiebre muy alta, de 103 o 104 grados Fahrenheit. 

Medidas que puede tomar: aliviar la fiebre con acetaminofeno (TylenolTM) o ibuprofeno (MotrinTM o AdvilTM). Si los síntomas empeoran y aún no transcurrieron 72 horas desde su aparición, a su hijo pueden aliviarlo otros medicamentos como Tamiflu.

Qué debe tener en cuenta: la deshidratación. En caso de fiebre alta, un niño puede perder agua. Es importante mantener a su hijo hidratado durante este período.

VRS

Un signo puede ser la presencia de problemas respiratorios. En las personas con problemas respiratorios (por ejemplo, asma) o en los más pequeños, el VRS puede provocar problemas respiratorios.

Medidas que puede tomar: hidratar, ya que el aumento de la respiración provoca una mayor pérdida de agua; administrar los medicamentos para el asma a tiempo (si su hijo tiene asma); y aliviar la garganta con miel (para la tos) y con aire humidificado (aunque no hay pruebas definitivas de que esto sea de ayuda).


Qué debe tener en cuenta: los problemas para respirar (respiración rápida o problemas para hablar), la deshidratación o el aumento de la fatiga como resultado del esfuerzo para respirar. 

COVID-19

Este es el virus más complicado, ya que los síntomas pueden ser parecidos a los de cualquiera de las infecciones anteriores. 

Medidas que puede tomar
: hacerse la prueba para confirmar o descartar la presencia de COVID-19 y, así, poder mantener a salvo a otras personas que puedan estar en riesgo (personas que no se vacunaron o ancianas); aliviar la fiebre e hidratarse.

Qué debe tener en cuenta: además de los problemas respiratorios, en raras ocasiones, los niños pueden padecer un síndrome inflamatorio multisistémico (MIS-C). Los síntomas pueden incluir dolor estomacal, ojos irritados, diarrea, mareos o aturdimiento (signos de presión arterial baja), erupción cutánea o vómitos. Esto puede ocurrir varios días o semanas después de la infección por COVID.

Comuníquese con su PCP para obtener más información sobre las diferencias entre los 3 virus y cómo distinguirlos. 

El rol de la estacionalidad 

En Estados Unidos, la influenza y el VRS están presentes durante todo el año, pero circulan ampliamente en los meses de otoño e invierno. En estudios recientes, se observa que los casos de COVID-19 aumentan según la estación, sobre todo entre enero y marzo. En invierno, la mayoría de las personas prefiere pasar tiempo en casa. 

Respirar el mismo aire durante períodos prolongados además de ventilar poco aumenta el riesgo de contraer un virus respiratorio. La pandemia y el confinamiento estricto de dos años debilitaron la mayoría de los sistemas inmunitarios, por lo que aumentaron las posibilidades de contraer cualquier enfermedad. 

Cómo prevenir infecciones

Las estrategias de prevención del COVID-19 que se implementaron en los últimos años también fueron eficaces para prevenir la influenza y el VRS.

  • Vacunas (https://www.vaccines.gov/): si es elegible, considere la posibilidad de concertar una cita y asegurarse de que su hijo esté al día con todas las vacunas. En cuanto a la influenza, los CDC recomiendan que todas las personas a partir de los seis meses de edad se vacunen cada año. La vacuna contra la influenza es la mejor prevención. Los funcionarios de salud están convencidos de la eficacia de la vacuna contra la cepa de la influenza de este año. 
  • Técnicas de distanciamiento social: usar una mascarilla y mantener la distancia física adecuada disminuye el riesgo de contraer cualquier infección respiratoria.
  • Higiene: lavarse o desinfectarse las manos con regularidad mantiene el cuerpo sano y evita el contagio de infecciones respiratorias. Además, es importante taparse siempre la boca al toser o estornudar. 
  • Desinfección: las gotas minúsculas de cualquier virus suelen encontrarse en superficies u objetos de alto contacto, por lo que es fundamental desinfectar las zonas de posible contaminación.

Dado que comparten síntomas similares, a menudo es bastante difícil diferenciar la influenza, el VRS y el COVID-19. La buena noticia es que su proveedor de atención médica puede realizar un hisopado o pruebas adicionales para determinar qué virus tiene su hijo. 

La hidratación y el descanso son las mejores formas de tratamiento para estas enfermedades. Asegúrese de pedir a su proveedor de atención médica información adicional o recomendaciones de tratamiento para su familia.

Las infecciones respiratorias se producen durante todo el año, pero son más frecuentes durante los meses más fríos. La influenza y la infección por el virus respiratorio sincitial (VRS), que actualmente asola los sistemas de salud de Estados Unidos, son virus respiratorios muy contagiosos que provocan síntomas similares a los del resfrío. 

Dado que siguen apareciendo casos de COVID-19, es importante distinguir entre lo que podría ser COVID-19 y lo que podría ser influenza o VRS. 

La influencia de la pandemia en la propagación de los virus respiratorios

Durante la pandemia, los niños prácticamente se libraron de la influenza y el VRS, y los brotes que se produjeron fueron mucho menores. Debido a las órdenes de permanecer en casa, el uso de mascarillas y otros esfuerzos de prevención del COVID-19, los niños no estuvieron tan vulnerables a contraer estos dos virus. 

Ahora, con la combinación del retorno a las actividades normales, el menor uso de mascarillas y la baja inmunidad, estos virus vuelven con toda su fuerza para vengarse. Los sistemas de salud están sobrecargados con una afluencia de niños con VRS, y los casos de influenza están aumentando. Los funcionarios de salud pública informan la mayor incidencia de influenza de la última década.  

Para prevenir enfermedades, es fundamental comprender las diferencias entre estas enfermedades respiratorias y qué hacer si aparecen síntomas. 

Influenza (gripe)

La influenza, más comúnmente conocida como gripe, es una enfermedad respiratoria contagiosa que afecta a la nariz, la garganta y los pulmones (en la mayoría de los casos). El virus de la influenza se transmite de una persona a otra al toser, hablar o estornudar; los síntomas varían de leves a graves. En raras ocasiones, la influenza puede propagarse cuando una persona toca una superficie u objeto contaminado y, luego, se toca la boca, la nariz o los ojos. 

Los niños se ven más afectados por este virus que los adultos y tienen fiebre con temperaturas más altas y problemas digestivos (vómitos, diarrea y náuseas). A diferencia del resfrío común, la influenza suele aparecer de repente con síntomas adicionales intensos, por ejemplo: 

  • Dolores corporales o musculares 
  • Escalofríos o sudoración
  • Fatiga 
  • Dificultad para respirar
  • Secreción o congestión nasal
  • Dolor de garganta

En la actualidad, la incidencia de la influenza estacional es elevada en todo el país. Los CDC calculan que, durante la última semana de noviembre, ingresaron en los hospitales más de 11,000 pacientes con influenza, una cifra elevada para una temporada de influenza tan temprana. 

Virus respiratorio sincitial (VRS)

El virus respiratorio sincitial (VRS) infecta los pulmones y las vías respiratorias, lo que provoca síntomas leves similares a los del resfrío entre 4 y 6 días después de la exposición al virus. Aunque la mayoría de las personas se recuperan de forma rápida, el VRS puede provocar complicaciones graves de salud en niños y bebés, como bronquiolitis o neumonía. 

Los CDC calculan que se hospitalizan entre 58,000 y 80,000 niños menores de cinco años cada año debido a la infección por el VRS. Según los CDC, las personas con mayor riesgo de padecer una enfermedad grave por el VRS son las siguientes:

  • Bebés prematuros
  • Bebés, sobre todo los que tienen seis meses o menos
  • Niños menores de dos años con enfermedad pulmonar crónica o cardiopatía congénita (presente desde el nacimiento)
  • Niños con sistemas inmunitarios debilitados
  • Niños con trastornos neuromusculares, incluidos aquellos que tienen dificultades para deglutir o eliminar secreciones mucosas

Dado que se flexibilizaron las restricciones de COVID-19, las tasas de hospitalizaciones relacionadas con el VSR están aumentando de forma considerable. La pandemia redujo de manera significativa las infecciones por VRS debido al distanciamiento social y otras medidas de seguridad. Sin embargo, a medida que los niños vuelven a la vida cotidiana sin mascarillas ni otras precauciones contra el COVID-19, corren más riesgo y son más vulnerables que nunca. El hecho de que los hospitales infantiles estén al límite de su capacidad debido al aumento de casos en todo el país preocupa a los expertos. Al igual que la mayoría de los virus, el VRS es muy contagioso y puede propagarse de manera rápidaen escuelas o guarderías. Por lo general, los síntomas de la infección por el VRS incluyen los siguientes: 

  • Secreción o congestión nasal
  • Dolor de garganta
  • Fiebre  
  • Disminución del apetito 
  • Sibilancia 

COVID-19

La enfermedad por coronavirus (COVID-19) es una enfermedad respiratoria causada por el virus SARS-CoV-2. El COVID-19 puede acarrear consecuencias graves; ya causó millones de muertes en todo el mundo y problemas de salud persistentes en muchas de las personas que sobrevivieron a la enfermedad. Según su ubicación, las pruebas de diagnóstico de COVID-19 para realizar en casa están disponibles en las farmacias o pueden facilitarse a través de su proveedor de atención médica. Los síntomas suelen aparecer entre 2 y 14 días después de la exposición al COVID-19. Desde el inicio de la pandemia, casi el 50 % de los niños y bebés con COVID-19 mostraron pocos o ningún síntoma. Sin embargo, entre los posibles signos y síntomas a tener en cuenta, se incluyen los siguientes:

  • Fiebre o escalofríos
  • Tos
  • Dificultad para respirar
  • Fatiga
  • Pérdida del gusto o del olfato
  • Dolor de garganta
  • Dolor en el pecho
  • Dolores corporales o musculares

Diferencias entre las infecciones respiratorias 

La influenza, el VRS y el COVID-19 son enfermedades respiratorias muy contagiosas causadas por diferentes virus: la influenza es causada por el virus de la influenza, el VRS por el virus respiratorio sincitial y el COVID-19 por el virus SARS-CoV-2. 

Ningún síntoma o signo puede indicar qué virus tiene su hijo. Sin embargo, hay algunos que pueden dar indicios sobre la infección de su hijo y ayudar a decidir cuándo debe acudir al médico.

La influenza

Un signo distintivo de la influenza es la presencia de fiebre muy alta, de 103 o 104 grados Fahrenheit. 

Medidas que puede tomar: aliviar la fiebre con acetaminofeno (TylenolTM) o ibuprofeno (MotrinTM o AdvilTM). Si los síntomas empeoran y aún no transcurrieron 72 horas desde su aparición, a su hijo pueden aliviarlo otros medicamentos como Tamiflu.

Qué debe tener en cuenta: la deshidratación. En caso de fiebre alta, un niño puede perder agua. Es importante mantener a su hijo hidratado durante este período.

VRS

Un signo puede ser la presencia de problemas respiratorios. En las personas con problemas respiratorios (por ejemplo, asma) o en los más pequeños, el VRS puede provocar problemas respiratorios.

Medidas que puede tomar: hidratar, ya que el aumento de la respiración provoca una mayor pérdida de agua; administrar los medicamentos para el asma a tiempo (si su hijo tiene asma); y aliviar la garganta con miel (para la tos) y con aire humidificado (aunque no hay pruebas definitivas de que esto sea de ayuda).


Qué debe tener en cuenta: los problemas para respirar (respiración rápida o problemas para hablar), la deshidratación o el aumento de la fatiga como resultado del esfuerzo para respirar. 

COVID-19

Este es el virus más complicado, ya que los síntomas pueden ser parecidos a los de cualquiera de las infecciones anteriores. 

Medidas que puede tomar
: hacerse la prueba para confirmar o descartar la presencia de COVID-19 y, así, poder mantener a salvo a otras personas que puedan estar en riesgo (personas que no se vacunaron o ancianas); aliviar la fiebre e hidratarse.

Qué debe tener en cuenta: además de los problemas respiratorios, en raras ocasiones, los niños pueden padecer un síndrome inflamatorio multisistémico (MIS-C). Los síntomas pueden incluir dolor estomacal, ojos irritados, diarrea, mareos o aturdimiento (signos de presión arterial baja), erupción cutánea o vómitos. Esto puede ocurrir varios días o semanas después de la infección por COVID.

Comuníquese con su PCP para obtener más información sobre las diferencias entre los 3 virus y cómo distinguirlos. 

El rol de la estacionalidad 

En Estados Unidos, la influenza y el VRS están presentes durante todo el año, pero circulan ampliamente en los meses de otoño e invierno. En estudios recientes, se observa que los casos de COVID-19 aumentan según la estación, sobre todo entre enero y marzo. En invierno, la mayoría de las personas prefiere pasar tiempo en casa. 

Respirar el mismo aire durante períodos prolongados además de ventilar poco aumenta el riesgo de contraer un virus respiratorio. La pandemia y el confinamiento estricto de dos años debilitaron la mayoría de los sistemas inmunitarios, por lo que aumentaron las posibilidades de contraer cualquier enfermedad. 

Cómo prevenir infecciones

Las estrategias de prevención del COVID-19 que se implementaron en los últimos años también fueron eficaces para prevenir la influenza y el VRS.

  • Vacunas (https://www.vaccines.gov/): si es elegible, considere la posibilidad de concertar una cita y asegurarse de que su hijo esté al día con todas las vacunas. En cuanto a la influenza, los CDC recomiendan que todas las personas a partir de los seis meses de edad se vacunen cada año. La vacuna contra la influenza es la mejor prevención. Los funcionarios de salud están convencidos de la eficacia de la vacuna contra la cepa de la influenza de este año. 
  • Técnicas de distanciamiento social: usar una mascarilla y mantener la distancia física adecuada disminuye el riesgo de contraer cualquier infección respiratoria.
  • Higiene: lavarse o desinfectarse las manos con regularidad mantiene el cuerpo sano y evita el contagio de infecciones respiratorias. Además, es importante taparse siempre la boca al toser o estornudar. 
  • Desinfección: las gotas minúsculas de cualquier virus suelen encontrarse en superficies u objetos de alto contacto, por lo que es fundamental desinfectar las zonas de posible contaminación.

Dado que comparten síntomas similares, a menudo es bastante difícil diferenciar la influenza, el VRS y el COVID-19. La buena noticia es que su proveedor de atención médica puede realizar un hisopado o pruebas adicionales para determinar qué virus tiene su hijo. 

La hidratación y el descanso son las mejores formas de tratamiento para estas enfermedades. Asegúrese de pedir a su proveedor de atención médica información adicional o recomendaciones de tratamiento para su familia.

Las infecciones respiratorias se producen durante todo el año, pero son más frecuentes durante los meses más fríos. La influenza y la infección por el virus respiratorio sincitial (VRS), que actualmente asola los sistemas de salud de Estados Unidos, son virus respiratorios muy contagiosos que provocan síntomas similares a los del resfrío. 

Dado que siguen apareciendo casos de COVID-19, es importante distinguir entre lo que podría ser COVID-19 y lo que podría ser influenza o VRS. 

La influencia de la pandemia en la propagación de los virus respiratorios

Durante la pandemia, los niños prácticamente se libraron de la influenza y el VRS, y los brotes que se produjeron fueron mucho menores. Debido a las órdenes de permanecer en casa, el uso de mascarillas y otros esfuerzos de prevención del COVID-19, los niños no estuvieron tan vulnerables a contraer estos dos virus. 

Ahora, con la combinación del retorno a las actividades normales, el menor uso de mascarillas y la baja inmunidad, estos virus vuelven con toda su fuerza para vengarse. Los sistemas de salud están sobrecargados con una afluencia de niños con VRS, y los casos de influenza están aumentando. Los funcionarios de salud pública informan la mayor incidencia de influenza de la última década.  

Para prevenir enfermedades, es fundamental comprender las diferencias entre estas enfermedades respiratorias y qué hacer si aparecen síntomas. 

Influenza (gripe)

La influenza, más comúnmente conocida como gripe, es una enfermedad respiratoria contagiosa que afecta a la nariz, la garganta y los pulmones (en la mayoría de los casos). El virus de la influenza se transmite de una persona a otra al toser, hablar o estornudar; los síntomas varían de leves a graves. En raras ocasiones, la influenza puede propagarse cuando una persona toca una superficie u objeto contaminado y, luego, se toca la boca, la nariz o los ojos. 

Los niños se ven más afectados por este virus que los adultos y tienen fiebre con temperaturas más altas y problemas digestivos (vómitos, diarrea y náuseas). A diferencia del resfrío común, la influenza suele aparecer de repente con síntomas adicionales intensos, por ejemplo: 

  • Dolores corporales o musculares 
  • Escalofríos o sudoración
  • Fatiga 
  • Dificultad para respirar
  • Secreción o congestión nasal
  • Dolor de garganta

En la actualidad, la incidencia de la influenza estacional es elevada en todo el país. Los CDC calculan que, durante la última semana de noviembre, ingresaron en los hospitales más de 11,000 pacientes con influenza, una cifra elevada para una temporada de influenza tan temprana. 

Virus respiratorio sincitial (VRS)

El virus respiratorio sincitial (VRS) infecta los pulmones y las vías respiratorias, lo que provoca síntomas leves similares a los del resfrío entre 4 y 6 días después de la exposición al virus. Aunque la mayoría de las personas se recuperan de forma rápida, el VRS puede provocar complicaciones graves de salud en niños y bebés, como bronquiolitis o neumonía. 

Los CDC calculan que se hospitalizan entre 58,000 y 80,000 niños menores de cinco años cada año debido a la infección por el VRS. Según los CDC, las personas con mayor riesgo de padecer una enfermedad grave por el VRS son las siguientes:

  • Bebés prematuros
  • Bebés, sobre todo los que tienen seis meses o menos
  • Niños menores de dos años con enfermedad pulmonar crónica o cardiopatía congénita (presente desde el nacimiento)
  • Niños con sistemas inmunitarios debilitados
  • Niños con trastornos neuromusculares, incluidos aquellos que tienen dificultades para deglutir o eliminar secreciones mucosas

Dado que se flexibilizaron las restricciones de COVID-19, las tasas de hospitalizaciones relacionadas con el VSR están aumentando de forma considerable. La pandemia redujo de manera significativa las infecciones por VRS debido al distanciamiento social y otras medidas de seguridad. Sin embargo, a medida que los niños vuelven a la vida cotidiana sin mascarillas ni otras precauciones contra el COVID-19, corren más riesgo y son más vulnerables que nunca. El hecho de que los hospitales infantiles estén al límite de su capacidad debido al aumento de casos en todo el país preocupa a los expertos. Al igual que la mayoría de los virus, el VRS es muy contagioso y puede propagarse de manera rápidaen escuelas o guarderías. Por lo general, los síntomas de la infección por el VRS incluyen los siguientes: 

  • Secreción o congestión nasal
  • Dolor de garganta
  • Fiebre  
  • Disminución del apetito 
  • Sibilancia 

COVID-19

La enfermedad por coronavirus (COVID-19) es una enfermedad respiratoria causada por el virus SARS-CoV-2. El COVID-19 puede acarrear consecuencias graves; ya causó millones de muertes en todo el mundo y problemas de salud persistentes en muchas de las personas que sobrevivieron a la enfermedad. Según su ubicación, las pruebas de diagnóstico de COVID-19 para realizar en casa están disponibles en las farmacias o pueden facilitarse a través de su proveedor de atención médica. Los síntomas suelen aparecer entre 2 y 14 días después de la exposición al COVID-19. Desde el inicio de la pandemia, casi el 50 % de los niños y bebés con COVID-19 mostraron pocos o ningún síntoma. Sin embargo, entre los posibles signos y síntomas a tener en cuenta, se incluyen los siguientes:

  • Fiebre o escalofríos
  • Tos
  • Dificultad para respirar
  • Fatiga
  • Pérdida del gusto o del olfato
  • Dolor de garganta
  • Dolor en el pecho
  • Dolores corporales o musculares

Diferencias entre las infecciones respiratorias 

La influenza, el VRS y el COVID-19 son enfermedades respiratorias muy contagiosas causadas por diferentes virus: la influenza es causada por el virus de la influenza, el VRS por el virus respiratorio sincitial y el COVID-19 por el virus SARS-CoV-2. 

Ningún síntoma o signo puede indicar qué virus tiene su hijo. Sin embargo, hay algunos que pueden dar indicios sobre la infección de su hijo y ayudar a decidir cuándo debe acudir al médico.

La influenza

Un signo distintivo de la influenza es la presencia de fiebre muy alta, de 103 o 104 grados Fahrenheit. 

Medidas que puede tomar: aliviar la fiebre con acetaminofeno (TylenolTM) o ibuprofeno (MotrinTM o AdvilTM). Si los síntomas empeoran y aún no transcurrieron 72 horas desde su aparición, a su hijo pueden aliviarlo otros medicamentos como Tamiflu.

Qué debe tener en cuenta: la deshidratación. En caso de fiebre alta, un niño puede perder agua. Es importante mantener a su hijo hidratado durante este período.

VRS

Un signo puede ser la presencia de problemas respiratorios. En las personas con problemas respiratorios (por ejemplo, asma) o en los más pequeños, el VRS puede provocar problemas respiratorios.

Medidas que puede tomar: hidratar, ya que el aumento de la respiración provoca una mayor pérdida de agua; administrar los medicamentos para el asma a tiempo (si su hijo tiene asma); y aliviar la garganta con miel (para la tos) y con aire humidificado (aunque no hay pruebas definitivas de que esto sea de ayuda).


Qué debe tener en cuenta: los problemas para respirar (respiración rápida o problemas para hablar), la deshidratación o el aumento de la fatiga como resultado del esfuerzo para respirar. 

COVID-19

Este es el virus más complicado, ya que los síntomas pueden ser parecidos a los de cualquiera de las infecciones anteriores. 

Medidas que puede tomar
: hacerse la prueba para confirmar o descartar la presencia de COVID-19 y, así, poder mantener a salvo a otras personas que puedan estar en riesgo (personas que no se vacunaron o ancianas); aliviar la fiebre e hidratarse.

Qué debe tener en cuenta: además de los problemas respiratorios, en raras ocasiones, los niños pueden padecer un síndrome inflamatorio multisistémico (MIS-C). Los síntomas pueden incluir dolor estomacal, ojos irritados, diarrea, mareos o aturdimiento (signos de presión arterial baja), erupción cutánea o vómitos. Esto puede ocurrir varios días o semanas después de la infección por COVID.

Comuníquese con su PCP para obtener más información sobre las diferencias entre los 3 virus y cómo distinguirlos. 

El rol de la estacionalidad 

En Estados Unidos, la influenza y el VRS están presentes durante todo el año, pero circulan ampliamente en los meses de otoño e invierno. En estudios recientes, se observa que los casos de COVID-19 aumentan según la estación, sobre todo entre enero y marzo. En invierno, la mayoría de las personas prefiere pasar tiempo en casa. 

Respirar el mismo aire durante períodos prolongados además de ventilar poco aumenta el riesgo de contraer un virus respiratorio. La pandemia y el confinamiento estricto de dos años debilitaron la mayoría de los sistemas inmunitarios, por lo que aumentaron las posibilidades de contraer cualquier enfermedad. 

Cómo prevenir infecciones

Las estrategias de prevención del COVID-19 que se implementaron en los últimos años también fueron eficaces para prevenir la influenza y el VRS.

  • Vacunas (https://www.vaccines.gov/): si es elegible, considere la posibilidad de concertar una cita y asegurarse de que su hijo esté al día con todas las vacunas. En cuanto a la influenza, los CDC recomiendan que todas las personas a partir de los seis meses de edad se vacunen cada año. La vacuna contra la influenza es la mejor prevención. Los funcionarios de salud están convencidos de la eficacia de la vacuna contra la cepa de la influenza de este año. 
  • Técnicas de distanciamiento social: usar una mascarilla y mantener la distancia física adecuada disminuye el riesgo de contraer cualquier infección respiratoria.
  • Higiene: lavarse o desinfectarse las manos con regularidad mantiene el cuerpo sano y evita el contagio de infecciones respiratorias. Además, es importante taparse siempre la boca al toser o estornudar. 
  • Desinfección: las gotas minúsculas de cualquier virus suelen encontrarse en superficies u objetos de alto contacto, por lo que es fundamental desinfectar las zonas de posible contaminación.

Dado que comparten síntomas similares, a menudo es bastante difícil diferenciar la influenza, el VRS y el COVID-19. La buena noticia es que su proveedor de atención médica puede realizar un hisopado o pruebas adicionales para determinar qué virus tiene su hijo. 

La hidratación y el descanso son las mejores formas de tratamiento para estas enfermedades. Asegúrese de pedir a su proveedor de atención médica información adicional o recomendaciones de tratamiento para su familia.

Las infecciones respiratorias se producen durante todo el año, pero son más frecuentes durante los meses más fríos. La influenza y la infección por el virus respiratorio sincitial (VRS), que actualmente asola los sistemas de salud de Estados Unidos, son virus respiratorios muy contagiosos que provocan síntomas similares a los del resfrío. 

Dado que siguen apareciendo casos de COVID-19, es importante distinguir entre lo que podría ser COVID-19 y lo que podría ser influenza o VRS. 

La influencia de la pandemia en la propagación de los virus respiratorios

Durante la pandemia, los niños prácticamente se libraron de la influenza y el VRS, y los brotes que se produjeron fueron mucho menores. Debido a las órdenes de permanecer en casa, el uso de mascarillas y otros esfuerzos de prevención del COVID-19, los niños no estuvieron tan vulnerables a contraer estos dos virus. 

Ahora, con la combinación del retorno a las actividades normales, el menor uso de mascarillas y la baja inmunidad, estos virus vuelven con toda su fuerza para vengarse. Los sistemas de salud están sobrecargados con una afluencia de niños con VRS, y los casos de influenza están aumentando. Los funcionarios de salud pública informan la mayor incidencia de influenza de la última década.  

Para prevenir enfermedades, es fundamental comprender las diferencias entre estas enfermedades respiratorias y qué hacer si aparecen síntomas. 

Influenza (gripe)

La influenza, más comúnmente conocida como gripe, es una enfermedad respiratoria contagiosa que afecta a la nariz, la garganta y los pulmones (en la mayoría de los casos). El virus de la influenza se transmite de una persona a otra al toser, hablar o estornudar; los síntomas varían de leves a graves. En raras ocasiones, la influenza puede propagarse cuando una persona toca una superficie u objeto contaminado y, luego, se toca la boca, la nariz o los ojos. 

Los niños se ven más afectados por este virus que los adultos y tienen fiebre con temperaturas más altas y problemas digestivos (vómitos, diarrea y náuseas). A diferencia del resfrío común, la influenza suele aparecer de repente con síntomas adicionales intensos, por ejemplo: 

  • Dolores corporales o musculares 
  • Escalofríos o sudoración
  • Fatiga 
  • Dificultad para respirar
  • Secreción o congestión nasal
  • Dolor de garganta

En la actualidad, la incidencia de la influenza estacional es elevada en todo el país. Los CDC calculan que, durante la última semana de noviembre, ingresaron en los hospitales más de 11,000 pacientes con influenza, una cifra elevada para una temporada de influenza tan temprana. 

Virus respiratorio sincitial (VRS)

El virus respiratorio sincitial (VRS) infecta los pulmones y las vías respiratorias, lo que provoca síntomas leves similares a los del resfrío entre 4 y 6 días después de la exposición al virus. Aunque la mayoría de las personas se recuperan de forma rápida, el VRS puede provocar complicaciones graves de salud en niños y bebés, como bronquiolitis o neumonía. 

Los CDC calculan que se hospitalizan entre 58,000 y 80,000 niños menores de cinco años cada año debido a la infección por el VRS. Según los CDC, las personas con mayor riesgo de padecer una enfermedad grave por el VRS son las siguientes:

  • Bebés prematuros
  • Bebés, sobre todo los que tienen seis meses o menos
  • Niños menores de dos años con enfermedad pulmonar crónica o cardiopatía congénita (presente desde el nacimiento)
  • Niños con sistemas inmunitarios debilitados
  • Niños con trastornos neuromusculares, incluidos aquellos que tienen dificultades para deglutir o eliminar secreciones mucosas

Dado que se flexibilizaron las restricciones de COVID-19, las tasas de hospitalizaciones relacionadas con el VSR están aumentando de forma considerable. La pandemia redujo de manera significativa las infecciones por VRS debido al distanciamiento social y otras medidas de seguridad. Sin embargo, a medida que los niños vuelven a la vida cotidiana sin mascarillas ni otras precauciones contra el COVID-19, corren más riesgo y son más vulnerables que nunca. El hecho de que los hospitales infantiles estén al límite de su capacidad debido al aumento de casos en todo el país preocupa a los expertos. Al igual que la mayoría de los virus, el VRS es muy contagioso y puede propagarse de manera rápidaen escuelas o guarderías. Por lo general, los síntomas de la infección por el VRS incluyen los siguientes: 

  • Secreción o congestión nasal
  • Dolor de garganta
  • Fiebre  
  • Disminución del apetito 
  • Sibilancia 

COVID-19

La enfermedad por coronavirus (COVID-19) es una enfermedad respiratoria causada por el virus SARS-CoV-2. El COVID-19 puede acarrear consecuencias graves; ya causó millones de muertes en todo el mundo y problemas de salud persistentes en muchas de las personas que sobrevivieron a la enfermedad. Según su ubicación, las pruebas de diagnóstico de COVID-19 para realizar en casa están disponibles en las farmacias o pueden facilitarse a través de su proveedor de atención médica. Los síntomas suelen aparecer entre 2 y 14 días después de la exposición al COVID-19. Desde el inicio de la pandemia, casi el 50 % de los niños y bebés con COVID-19 mostraron pocos o ningún síntoma. Sin embargo, entre los posibles signos y síntomas a tener en cuenta, se incluyen los siguientes:

  • Fiebre o escalofríos
  • Tos
  • Dificultad para respirar
  • Fatiga
  • Pérdida del gusto o del olfato
  • Dolor de garganta
  • Dolor en el pecho
  • Dolores corporales o musculares

Diferencias entre las infecciones respiratorias 

La influenza, el VRS y el COVID-19 son enfermedades respiratorias muy contagiosas causadas por diferentes virus: la influenza es causada por el virus de la influenza, el VRS por el virus respiratorio sincitial y el COVID-19 por el virus SARS-CoV-2. 

Ningún síntoma o signo puede indicar qué virus tiene su hijo. Sin embargo, hay algunos que pueden dar indicios sobre la infección de su hijo y ayudar a decidir cuándo debe acudir al médico.

La influenza

Un signo distintivo de la influenza es la presencia de fiebre muy alta, de 103 o 104 grados Fahrenheit. 

Medidas que puede tomar: aliviar la fiebre con acetaminofeno (TylenolTM) o ibuprofeno (MotrinTM o AdvilTM). Si los síntomas empeoran y aún no transcurrieron 72 horas desde su aparición, a su hijo pueden aliviarlo otros medicamentos como Tamiflu.

Qué debe tener en cuenta: la deshidratación. En caso de fiebre alta, un niño puede perder agua. Es importante mantener a su hijo hidratado durante este período.

VRS

Un signo puede ser la presencia de problemas respiratorios. En las personas con problemas respiratorios (por ejemplo, asma) o en los más pequeños, el VRS puede provocar problemas respiratorios.

Medidas que puede tomar: hidratar, ya que el aumento de la respiración provoca una mayor pérdida de agua; administrar los medicamentos para el asma a tiempo (si su hijo tiene asma); y aliviar la garganta con miel (para la tos) y con aire humidificado (aunque no hay pruebas definitivas de que esto sea de ayuda).


Qué debe tener en cuenta: los problemas para respirar (respiración rápida o problemas para hablar), la deshidratación o el aumento de la fatiga como resultado del esfuerzo para respirar. 

COVID-19

Este es el virus más complicado, ya que los síntomas pueden ser parecidos a los de cualquiera de las infecciones anteriores. 

Medidas que puede tomar
: hacerse la prueba para confirmar o descartar la presencia de COVID-19 y, así, poder mantener a salvo a otras personas que puedan estar en riesgo (personas que no se vacunaron o ancianas); aliviar la fiebre e hidratarse.

Qué debe tener en cuenta: además de los problemas respiratorios, en raras ocasiones, los niños pueden padecer un síndrome inflamatorio multisistémico (MIS-C). Los síntomas pueden incluir dolor estomacal, ojos irritados, diarrea, mareos o aturdimiento (signos de presión arterial baja), erupción cutánea o vómitos. Esto puede ocurrir varios días o semanas después de la infección por COVID.

Comuníquese con su PCP para obtener más información sobre las diferencias entre los 3 virus y cómo distinguirlos. 

El rol de la estacionalidad 

En Estados Unidos, la influenza y el VRS están presentes durante todo el año, pero circulan ampliamente en los meses de otoño e invierno. En estudios recientes, se observa que los casos de COVID-19 aumentan según la estación, sobre todo entre enero y marzo. En invierno, la mayoría de las personas prefiere pasar tiempo en casa. 

Respirar el mismo aire durante períodos prolongados además de ventilar poco aumenta el riesgo de contraer un virus respiratorio. La pandemia y el confinamiento estricto de dos años debilitaron la mayoría de los sistemas inmunitarios, por lo que aumentaron las posibilidades de contraer cualquier enfermedad. 

Cómo prevenir infecciones

Las estrategias de prevención del COVID-19 que se implementaron en los últimos años también fueron eficaces para prevenir la influenza y el VRS.

  • Vacunas (https://www.vaccines.gov/): si es elegible, considere la posibilidad de concertar una cita y asegurarse de que su hijo esté al día con todas las vacunas. En cuanto a la influenza, los CDC recomiendan que todas las personas a partir de los seis meses de edad se vacunen cada año. La vacuna contra la influenza es la mejor prevención. Los funcionarios de salud están convencidos de la eficacia de la vacuna contra la cepa de la influenza de este año. 
  • Técnicas de distanciamiento social: usar una mascarilla y mantener la distancia física adecuada disminuye el riesgo de contraer cualquier infección respiratoria.
  • Higiene: lavarse o desinfectarse las manos con regularidad mantiene el cuerpo sano y evita el contagio de infecciones respiratorias. Además, es importante taparse siempre la boca al toser o estornudar. 
  • Desinfección: las gotas minúsculas de cualquier virus suelen encontrarse en superficies u objetos de alto contacto, por lo que es fundamental desinfectar las zonas de posible contaminación.

Dado que comparten síntomas similares, a menudo es bastante difícil diferenciar la influenza, el VRS y el COVID-19. La buena noticia es que su proveedor de atención médica puede realizar un hisopado o pruebas adicionales para determinar qué virus tiene su hijo. 

La hidratación y el descanso son las mejores formas de tratamiento para estas enfermedades. Asegúrese de pedir a su proveedor de atención médica información adicional o recomendaciones de tratamiento para su familia.

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Acerca de Hazel

Hazel Health, el líder en telesalud en las escuelas, se asocia con los distritos escolares para prestar servicios de salud mental y física a estudiantes de K-12 donde se encuentren: en la escuela o en el hogar. Los diversos proveedores interculturales de Hazel se especializan en los desafíos de salud de los niños y adolescentes y se asocian con los padres y el personal de la escuela para tomar las mejores decisiones relativas a la atención de los estudiantes. Hazel se compromete a mejorar la equidad en la atención sanitaria y está disponible independientemente de los ingresos familiares, la geografía, la situación del seguro o la posibilidad de pagar. La misión de Hazel es transformar el acceso de los niños a la atención médica, porque cuando los estudiantes se sienten mejor, aprenden mejor.

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