Es importante que las familias cuiden bien el cuerpo, pero también es importante que se ocupen de su bienestar mental. Si le preocupa la salud mental de su hijo, puede ser difícil para ambos hablar al respecto. Sin embargo, los médicos que trabajan con pacientes jóvenes están capacitados para conversar con los niños sobre sus sentimientos, y el pediatra de su hijo puede ayudar. El equipo de Hazel conversó con un invitado especial, el Dr. Anoshiravani, sobre su método para hablar con los niños en un espacio clínico. El Dr. Anoshiravani es pediatra y especialista en medicina para adolescentes de la Stanford School of Medicine y del Lucile Packard Children's Hospital Stanford.
Pregunta: Como médico que trabaja con pacientes jóvenes, ¿qué tipo de preguntas le hace a un niño que lucha con sus sentimientos?
Respuesta: Cuando tengo este tipo de conversaciones con los jóvenes, simplemente les pregunto cómo están y les permito compartir todo aquello con lo que se sientan cómodos. Por lo general, al dejarlos hablar libremente, la conversación sobre su salud emocional surge de forma natural. Pueden comentar que se sienten desanimados, negativos o con poca energía.
Pregunta: ¿Cómo responde si un joven no quiere hablar de sus sentimientos?
Respuesta: Si tengo claro que pasa algo más, puedo contarle cómo se sienten otras personas y comprobar si le pasa lo mismo. O puedo decir: "Qué bueno que las cosas estén bien ahora. Quiero asegurarme de que sabes que puedes hablar de ese tipo de experiencias si alguna vez surgen". Ser práctico puede ayudar a los jóvenes a entender que no busco una respuesta concreta, solo quiero escuchar lo que tienen para decir.
Los jóvenes no suelen sentirse cómodos hablando de sus sentimientos porque hay muchos estigmas con la salud mental. Pueden pensar que nadie los entiende o que nadie está tan triste como ellos. Cuando tienen este tipo de conversaciones en la cabeza, les resulta muy difícil abrirse a los demás.
Algunos jóvenes creen que deberían resolverlo solos y que deberían ser fuertes o no necesitar la ayuda de nadie. Si se sienten así es menos probable que busquen ayuda. Si les explicamos que muchas personas se sienten igual, podemos normalizar el comportamiento y tranquilizarlos. A veces, saber que uno no está solo puede hacer que sea más fácil abrirse.
Pregunta: ¿Qué ocurre si se prueban varios métodos y el paciente sigue sin querer hablar con usted?
Respuesta: Si tengo la sensación de que la situación puede ser peligrosa, está bien insistir y explicar por qué estoy preocupado por el joven. Si la situación no es peligrosa, es mejor no insistir. Este tipo de preguntas suele incomodar a los jóvenes, quienes pueden perder el interés en hablar de sus sentimientos en ese momento o en el futuro.
Si un niño aún no está preparado para hablar de sus sentimientos, puedo demostrarle que respeto su decisión y ofrecerle estar disponible a fin de conversar si lo necesita. Al respetar la autonomía del joven, podemos sentar las bases de la confianza.
Pregunta: ¿Cuáles son algunos de los retos más comunes a los que se enfrentan los padres cuando su hijo tiene sentimientos problemáticos?
Respuesta: Sabemos que puede ser difícil para los jóvenes hablar con sus padres sobre ciertos sentimientos. Pero puede ser igualmente difícil para un padre tomar distancia de todas sus emociones y ser objetivo cuando se trata de hablar con su hijo sobre la salud conductual y mental.
Como padre y como médico, puedo decir que eso está bien. Incluso a los médicos, que están formados en esto, les cuesta hacerlo con sus propios hijos. Hay demasiadas emociones involucradas. Los padres no deberían sentir que tienen que arreglar todo por sí mismos. Hay otras relaciones con adultos de confianza, como un pediatra o una enfermera o un consejero escolar, que pueden ayudar al hablar con su hijo.
Preguntas: ¿Qué puede esperar un padre después de que un médico hable con su hijo sobre salud mental?
Respuesta: Algunos padres le preguntan al médico qué surgió en la conversación durante la cita del joven. Sin embargo, es posible que el médico no pueda compartir esa información con usted. En la mayoría de los estados, existen leyes que protegen la confidencialidad de la mayoría de los jóvenes. Estas leyes son importantes porque permiten a los jóvenes hablar de sus sentimientos con un adulto de confianza, aunque los padres no lo sepan.
Pregunta: ¿Qué consejo le daría a un padre que intenta ayudar a su hijo a manejar sus sentimientos?
Respuesta: Es posible que los padres esperen que el médico pueda solucionar cualquier problema emocional de su hijo en una visita. Si bien como padre puedo comprender el deseo de una solución rápida, es muy raro que un médico pueda solucionar el problema o la cuestión principal con una conversación o una píldora.
A menudo se necesita tiempo y dedicación por parte de los padres, del niño y del médico. Es necesario que haya una relación y diálogo sostenidos en el tiempo para marcar la diferencia en cuanto a los comportamientos y a cómo se siente el joven sobre sí mismo o sobre el mundo.
Si su hijo tiene problemas emocionales, acuda a su médico. Si Hazel está disponible en su escuela, nuestros médicos pueden orientar a su familia hacia los recursos adecuados.